Una de cada tres obras en construcción presenta fallas que ponen en riesgo las vidas de las personas, según un informe realizado por la Asociación Defendamos Buenos Aires. Y las consecuencias son más que evidentes: durante los últimos 12 años hubo 25 derrumbes, que dejaron 9 muertos y 99 heridos.
Para evitarlo, existen prácticas en las obras que tienen como fin principal la estabilidad. ¿Cómo puede ayudar una buena ejecución de apuntalamientos a cambiar esta realidad?